Convém dizer que já em Marrakesh, ainda na nossa companhia e sobre terras mouras, o Miguel tentou escrever um texto para este blogue. Chegou mesmo a terminá-lo, mas este nunca passou nas primeiras eliminatórias da censura. Sem qualquer risco a lapiz azul, mas com a suficiente contestação, lá acabou por concordar que poucas daquelas linhas poderiam ser transcritas para estas páginas. Recuso-me como é óbvio a descriminar as razões de tal censura! Prometeu-nos então, sob ameaçadoras represálias, que nos escreveria logo que chegasse a Palma de Maiorca. Assim o fez, e se este texto só agora é apresentado a público isso deve-se, não à censura, mas à nossa dificuldade de adaptação a terras luso-babilónicas e aos atrasos que desta advêm.
Para o Miguel enviamos um abraço saudoso, e esperamos ansiosamente pela continuação do texto!
Na integra:
Textooo…
Queridos lectores, he aquí un humilde servidor dispuesto a relatarles un viaje marciano por tierras africanas con tres bigotudos portugueses... Esos amigables vecinos, gente boa... En mis viajes raramente me cruzo con ciudadanos lusos, pero cuando aparecen silenciosamente entre las brumas suele acontecer en los mas inhóspitos parajes... La cima del Monte Ararat, cruzando el Cerro del Aguila o en este caso Conakry... Estaba yo en Simbaya barrio de músicos y artistas cuando los vi por primera vez. Me resultaron familiares por su apariencia Mediterránea... Pero algo llamo mi atención… Sus bigotes! No sabia donde encajarlos… Serian agentes secretos o quizás comerciantes de dudosa reputación... Quien sabe... Yo siempre sospeche del bigote… Ya vieron policías jueces notarios y todas esas gentes de mal vivir lo llevan y supongo que ya vieron al monstruo de Austria... Si el de la hija encerrada… Pues también con bigote… Extrañas coincidencias verdad... Lo que no sabia yo era que acabaría emigrando con ellos hacia Europa cual ave rapaz con un bigotito en mi rostro… No se imaginan el trauma que supone... ¡Puede alterar la personalidad seriamente!
En primer lugar encontramos el bigote estilo Mandinho, o camionero pendenciero… Es un bigote largo hasta la barbilla con pelos negros como patas de cucaracha saliendo por cualquier lado, a veces con granos de arroz colgando o restos de sopa. El portador de este tipo de bigote suele tener pocos amigos. La gente lo ve y se asusta, pero en el fondo oculta una alma tierna amante de los niños y de jugar petanca los domingos… Años, a la vez también es útil para evitar compañías molestas como vendedores de alfombras y guías de nariz aguileña… Pues solamente su visión aleja al malandro mas experto... El segundo bigote un poco mas corto pero igualmente notorio es el conocido bigote general prusiano, o Nuno, el azote de tarfaya… Es un poco mas claro con puntas hacia las orejas acompañado de una ausencia de patillas. El resultado es demoledor! Sobretodo cruzando las fronteras… Puede aturdir cualquier funcionario de aduanas y generar confusión. También es sobrio imponiendo respeto pero no tan agresivo como el Mandinhos… Muy útil para comuniones y bautizos… Por ultimo encontramos el bigote Leal el cartero siempre llama dos veces o pon la luz en medio de la mesa… Es un bigote todo terreno diseñado para acciones rápidas como escalar muros subir ventanas esconder las botellas de whisky del maletero o hacer un te en medio del desierto en menos que canta un gallo... De color claro y más corto es el típico bigote malandrín. Discreto y bien camuflado puede pasar desapercibido, pero si lo reconoce por favor no lo invite a su boda…
Y solo falta un bigote... Si señores una nueva invención creada en tierras africanas concebida para un viaje largo y polvoriento… Un bigote capaz de resistir las inclemencias del clima… Mas de 6000 kilometros por tierras ardientes... Vio la luz el bigote Adolf!... Y con estos cuatro bigotes comienza la aventura!!!..
Oye Nuno te envío esta primera parte a ver si te gusta y luego te escribo la segunda que me tengo que ir a comer… Un abrazo a todos… Dime cosas a ver k tal… ok? Abrazoooo!!»